lunes, 12 de enero de 2009

COMPARACIÓN DE IDEAS

INTRODUCCIÓN
Después de dar lectura a los textos de Carlos A. Carrillo, Daniel Delgadillo, Rafael Ramírez y Célestin Freinet, rescato algunos aspectos principales de las lecturas y he rescatado algunas cuestiones, mencionadas a continuación:
¿Cómo se percibe a los niños?
¿Cuáles son las características del maestro?
¿Cuáles son las formas de trabajo?
¿Cómo se manejan la disciplina, los premios y los castigos?


DESARROLLO
Célestin Freinet nos habla sobre cómo era antes la educación moral en las escuelas; menciona que los responsables de la educación a principios de siglo, eran sacerdotes y amenazaban a los niños utilizando frases y palabras desconocidas que los impresionaba y obligaba a realizar las tareas encargadas; en cambio, en la actualidad es muy difícil que un niño se deje llevar por palabras de los maestros o personas mayores, gracias a la influencia de los medios de comunicación, pues esas frases o palabras desconocidas ahora es muy frecuente escucharlas en la televisión, en la radio, etcétera.

Carlos A. Carrillo ve a un buen maestro como alguien que no sólo sabe lo que va a enseñar, sino que posee “una onza de conocimientos, dos de método bueno para la enseñanza y seis de disciplina... así como ocho o diez partes de cariño a los niños”[1]. Mientras que Rafael Ramírez describe a un buen maestro como alguien que permanece diariamente en contacto con los alumnos durante la jornada entera, menciona que un maestro bien calificado es aquel que “además de exhibir una verdadera personalidad, posee la preparación necesaria para evaluar satisfactoriamente sus responsabilidades profesionales, tiene fe en la democracia y se siente él mismo libre”[2].

Cada maestro diseña las formas de trabajo que implementará en el aula, dependiendo de las características del grupo y del contexto en que se desenvuelvan los niños. Freinet menciona en su lectura que antes se utilizaban métodos principalmente represivos, los cuales ya no es muy común utilizarlos en la actualidad.

Carrillo defiende su postura en cuanto a disciplina se refiere, mencionando que para ser un buen maestro, es necesario “mantener la disciplina en una clase”[3]. En cuanto a premios y castigos, Carrillo también hace mención al hecho de que no es bueno premiar la pereza, es bueno dar premios, sí, pero siempre y cuando se respeten tres reglas primordiales, las cuales son: a) premiar a quien en justicia corresponde, b) no incitar al niño a obrar por móviles interesados y c) evitar disgusto para las familias de los alumnos y para los maestros. Esto se traduce a que no debemos premiar a los niños que no cumplan con el trabajo asignado; a que debemos formar hombres que cumplan con sus obligaciones porque sea su deber, no porque de hacerlo resulten ventajas; y a prevenir que los padres de familia no se molesten si su hijo no resulta premiado.

FINAL
CONCLUSIONES
Cada autor y cada uno de nosotros tenemos un punto de vista en particular acerca de cada aspecto mencionado, pero, considero que es bueno tomar en cuenta cada opinión que escuchamos ya que un día servirán de ejemplo, cada una, dependiendo de la situación en que nos encontremos.
En base a lo que menciona Carrillo, pienso que no es necesario castigar, sino educar, decir desde el principio a los niños cómo espero que se comporten y esperar que hagan caso. Los premios en base a las reglas que menciona también son una buena opción y en sí saber diferenciar un tipo de educación de otro, es de gran ayuda para aprender a educar.

BIBLIOGRAFÍA

Carrillo, Carlos A. (1964), “Disciplina”, “Inconvenientes de los premios” y “Moral. Algunos pensamientos sueltos”, en Artículos pedagógicos, 2° ed., México, SEP/Instituto Federal de Capacitación del Magisterio (Biblioteca pedagógica de perfeccionamiento profesional), pp. 124-128, 317-318 y 435-437.

Delgadillo, Daniel (1992), “La instrucción cívica y el patriotismo”, en Vicente Fuentes Díaz y Alberto Morales Jiménez, Los grandes educadores mexicanos del siglo XX, 2° ed., México, Editorial del Magisterio “Benito Juárez”, pp. 177-179.

Ramírez Castañeda, Rafael (1966), “El maestro de civismo y sus responsabilidades más sobresalientes”, en Obras completas de Rafael Ramírez, t. II, Jalapa, Dirección General de Educación Popular-Gobierno del Estado de Veracruz (Biblioteca del maestro veracruzano,14), pp. 449-454.

Freinet, Célestin (1972), “La formación moral y cívica en la escuela a principios de siglo”, y “La moral no se enseña, se practica”, en La educación moral y cívica, Barcelona, Laia, pp. 7-17.

Formación Ética y Cívica en la Escuela Primaria I (Edición 2002)
Programa de Estudios, 5° Semestre, Licenciatura en Educación Primaria. Pp. 105- 121.

[1] Carrillo, Carlos A. (1964), “Disciplina”, pág. 106
[2] Ramírez Castañeda, Rafael (1966), “El maestro de civismo y sus responsabilidades más sobresalientes”, pág. 113
[3] Carrillo, Carlos A. (1964), “Disciplina”, pág. 106

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